La inflación de 2025 ha introducido desafíos sin precedentes en el ámbito del crédito con tarjeta, afectando la dinámica de consumo y la salud financiera de millones de usuarios. Mientras las familias luchan por mantener su nivel de vida, la relación con las entidades bancarias y el equilibrio del sistema financiero se encuentran en un punto crítico.
Contexto Macroeconómico y Niveles de Inflación
En enero de 2025, la inflación general en la eurozona alcanzó un 2,5%, mientras que en economías de Latinoamérica la subyacente llegó al 4,7% en agosto. Este panorama refleja un entorno de precios persistentemente al alza, que incide directamente en el coste de vida y en la capacidad de ahorro de los hogares.
La elevada inflación erosiona el consumo discrecional y dispara la necesidad de financiar gastos cotidianos con tarjetas, creando un ciclo en el que el crédito se convierte en la principal vía para afrontar subidas de precios.
Evolución del Uso del Crédito
En Argentina, el uso de tarjetas de crédito en pesos creció un 93,7% interanual entre agosto de 2024 y agosto de 2025 (de 10,8 a 20,9 billones de pesos). Sin embargo, al ajustar por inflación, el incremento real se moderó al 44,6%, con una ligera caída del 0,2% en el último mes.
En Estados Unidos, los saldos de tarjetas de crédito alcanzaron un récord de 1,21 billones de dólares en 2025. Estas cifras demuestran un incremento sostenido de la deuda, motivado en gran parte por la dependencia para cubrir necesidades básicas.
Endurecimiento de Condiciones Financieras y Tipos de Interés
Las políticas monetarias restrictivas de bancos centrales como la Reserva Federal mantienen los tipos de interés en niveles elevados, lo que encarece la financiación con tarjeta y reduce la flexibilidad de pago de los consumidores.
- En los últimos 12 meses, los estadounidenses pagaron cerca de 170.000 millones de dólares en intereses por tarjetas.
- Los tipos altos suponen un sobreprecio significativo en cada compra financiada.
- La persistencia de la inflación podría mantener o elevar aún más estas tasas.
Aumento del Endeudamiento y Morosidad
El endeudamiento se ha disparado y la morosidad se ubica en máximos no vistos desde la crisis de 2008. En Estados Unidos, los bancos perdieron 46.000 millones de dólares en préstamos ligados a tarjetas en los primeros nueve meses de 2024, un alza superior al 50% interanual.
En Latinoamérica, cerca del 4,5% de los usuarios de tarjeta presenta impagos, cifra preocupante para hogares con ingresos bajos, donde la deuda tiende a convertirse en un lastre difícil de revertir.
Estrés Financiero en Diferentes Grupos Sociales
El uso intensivo de tarjetas y el aumento de la deuda han provocado un fuerte impacto en la salud mental de varios colectivos. El 32% de los consumidores estadounidenses ha alcanzado el límite de crédito y el 44% mantiene un saldo mensual más alto que hace un año.
- La Generación Z experimenta niveles de ansiedad, estrés y depresión financiera sin precedentes.
- El 42% de los millennials y el 54% de las mujeres dependen de la tarjeta para emergencias.
- Más del 23% de los usuarios debe más de 20.000 dólares en una sola tarjeta.
Cambios en el Comportamiento del Consumidor
Cada vez más personas utilizan las tarjetas de crédito exclusivamente para cubrir gastos esenciales como alimentos, medicinas y transporte. Este fenómeno es común tanto en economías avanzadas como emergentes.
Al mismo tiempo, los sectores de ingresos bajos, que antes daban prioridad a consumos no esenciales, están entrando en mora por el uso de la tarjeta para llegar a fin de mes, agravando su estrés financiero.
Impacto en la Economía y en el Sistema Bancario
Aunque las tasas de morosidad aún no amenazan la estabilidad del sistema bancario, los expertos alertan sobre el aumento de provisiones que los bancos deberán destinar a cubrir pérdidas crediticias, reduciendo sus márgenes de beneficio.
En Estados Unidos, el aumento de impagos en tarjetas ha sido identificado como un factor de riesgo que podría frenar el crecimiento económico y aumentar las probabilidades de recesión en 2025.
Estrategias y Recomendaciones
- Fomentar la educación financiera desde la adolescencia, para desarrollar hábitos de ahorro y uso responsable antes de los 25 años.
- Elaborar un presupuesto realista que priorice el ahorro y minimice los gastos prescindibles.
- Negociar con las entidades financieras planes de pago adaptados, incluyendo períodos de gracia y tasas preferenciales.
- Utilizar aplicaciones de control de gastos para monitorear saldos, vencimientos y evitar cargos por mora.
Conclusión
La inflación ha redefinido la relación de los consumidores con las tarjetas de crédito, exponiendo tanto las ventajas como los riesgos de este mecanismo de financiación. Con tipos de interés y morosidad al alza, es fundamental adoptar hábitos financieros sostenibles a largo plazo.
Solo a través de una combinación de educación, planificación y responsabilidad individual será posible afrontar los retos que plantea la inflación y mantener la salud financiera personal y colectiva.